Buganvilla: trepadora fácil para climas cálidos
La buganvilla fue una de las primeras plantas que compramos cuando vinimos a Cantabria y tuvimos nuestro propio jardín.
Yo estaba emocionada pues las había visto en Ibiza esplendorosas, enormes, cubriendo grandes muros de piedra, formando sobre ellos verdaderos tapices de color y me habían enamorado.
El clima de Cantabria parecía adecuado; al menos eso pensé cuando las vi por aquí en muchos jardines y fachadas así que nos hicimos enseguida con un ejemplar del color que mas nos gustaba, el rosa, y la situamos en la pared de la casa que más iba a lucir.
La desilusión fue grande cuando llegado el invierno, con la primera helada, la pobrecita se murió. Estuve bastantes años sin atreverme a intentarlo de nuevo pero al fin claudiqué y me volví a animar.
Esta vez, guiándome por sus necesidades y no por mi capricho, elegí otro color, el fucsia, que es mas resistente y la coloqué en una situación bien abrigada, protegida del frío y el viento por un muro. Hasta ahora, ha resistido como una campeona.
Ocurre que la buganvilla es una planta muy característica de los jardines mediterráneos que gozan de clima cálido y soleado y que no resisten las heladas a no ser que estas sean muy suaves y esporádicas.
En mi zona, alguna helada cae pero ahora, al estar protegida por el muro y reposar sobre un talud en vez de estar expuesta en vertical, la situación ha cambiado.
Características de la buganvilla
Es una planta leñosa de crecimiento vigoroso que puede alcanzar grandes dimensiones.
Desarrolla largos tallos con espinas curvadas en las axilas de las hojas, con las que en teoría se sujeta.
Es de hoja perenne por lo que está siempre verde. Sus hojas están dispuestas en los tallos de forma alterna. Tienen peciolo, forma oval, son glabras (sin pelos) y de un color verde brillante.
Sus flores surgen de las ramillas laterales en grupos de tres.
Son de color blanco-amarillento, de forma tubular, pequeñas y poco aparentes. Están rodeadas de tres brácteas (estructuras foliáceas semejantes a hojas ) coloreadas que son las que convierten en espectacular la floración.
La floración se extiende desde la primavera hasta el otoño y si el clima es el adecuado, disfrutaremos de ella durante todo el año.
Puede cultivarse en el suelo o en cajonera o maceta y dársele diferentes usos: trepando sobre una pared o una pérgola, en forma de arbusto o matorral, dejando que sus tallos cubran taludes o pendientes o incluso formando un seto recortado como en la siguiente fotografía, tomada en Quejo.
En caso de elegir las dos primeras opciones, será necesario sujetar sus tallos con alambres o alcayatas a un soporte previamente instalado. En el apartado de la poda, veremos que ésta ha de ser distinta en función de la forma de cultivo que elijamos.
Qué le gusta
- Una posición soleada. A mas luz y sol, mas floración.
- Un clima cálido, sin heladas. Por debajo de los 5ºC pierde las hojas y se comporta como caduca; con -5ºC, puede morir.
- Riego regular (sobre todo durante la floración) pero no excesivo. Para saber si necesita riego, lo mejor es escarbar con un palito en la tierra y ver si sale húmeda o seca. Durante el invierno, si llueve de vez en cuando, el riego no es necesario. Si se cultiva en maceta, la necesidad de riego será mayor. En esta página: Árboles en maceta, cuál es el recipiente mas adecuado, hablo sobre esto.
- Un clima frío.
- El suelo arcilloso pero se adapta bien a los demás tipos de suelo, incluso si son pobres.
- El viento. Hay que resguardarla de él situándola sobre un muro bien orientado.
- Los cambios de ubicación o de maceta ya que sus raíces son muy sensibles. Si la cultivamos en maceta, es mejor elegir desde el principio el tamaño definitivo en vez de trasplantarla cada temporada como hacemos con otras plantas.
Poda
Es necesaria para mantenerla de un tamaño razonable, debido a la rapidez y exuberancia con la que crece y también para inducir la floración.
Se lleva a cabo dos veces a lo largo del año: a finales del invierno en clima mas cálido o a principios de primavera en mas fresco y nuevamente en otoño, después de la floración.
* La poda de finales de invierno o principios de primavera será distinta según la forma de cultivo que elijamos y el momento oportuno será siempre en todo caso, antes de que comience a producir los nuevos capullos pero cuando no haya ya riesgo de heladas. Lo haremos como sigue:
Si crece sobre soporte en muro o pérgola:
- Eliminaremos ramos excesivos, que molesten o estén secos o rotos.
- Los demás no se podan para no interrumpir su crecimiento.
- Practicaremos cortes de retorno para limitar el tamaño de los ramos si estos se hacen demasiado grandes.
- Acortaremos los brotes laterales que surgen de los ramos o tallos principales, dejándolos de unos 5 cm. Con esto, se induce la floración.
- Eliminaremos cada cierto tiempo alguno de los tallos mas viejos y ocuparemos el lugar que dejan con otros nuevos.
- Eliminaremos los tallos débiles o mal situados.
- Acortaremos los ramos restantes a la altura deseada, podando por encima de una ramita lateral dirigida hacia afuera que hará de ápice o guía.
- Recortaremos los brotes laterales, siempre por encima de una yema.
En cualquier momento del año, podremos arreglar alguna rama aislada que se rompa o moleste en exceso.
Multiplicación
Puede llevarse a cabo por estaca en verano y por esqueje en primavera. También por acodo. En este artículo: Cómo obtener nuevas plantas a partir de esquejes explico con detalle cómo hacerlo.
Multiplicación
Puede llevarse a cabo por estaca en verano y por esqueje en primavera. También por acodo. En este artículo: Cómo obtener nuevas plantas a partir de esquejes explico con detalle cómo hacerlo.
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