ESPINO DE FUEGO (Pyracantha coccinea) Características y cuidados

Entre los arbustos ornamentales que lo son aún más por sus frutos que por sus flores, destaca sin duda alguna el espino de fuego.

Gracias a sus pequeñas y lustrosas hojas de color verde profundo, a sus abundantísimas flores blancas y a sus frutos de vivos colores amarillo, rojo o naranja, este arbusto de hoja perenne y ramas espinosas, alegra el jardín a lo largo de todo el año.
Si añadimos a  todo esto su extraordinaria resistencia y su capacidad de adaptación a cualquier suelo, clima o ubicación, no hay duda de que hablamos de una joya de la jardinería.

Sus hojas, de forma elíptica, son enteras, pequeñas, lustrosas y coriáceas,

 sus tallos, leñosos, rectos, y vigorosos son capaces de alcanzar los 3 metros.

 Las flores tienen 5 pétalos y forman inflorescencias que aparecen a finales de primavera y principios de verano, en mayo-junio.

Los frutos son pequeñas bayas redondas que persisten desde principios de otoño hasta la primavera gracias a que su dureza las hace poco apetecibles para los pájaros. Cubren los largos tallos simulando lenguas de fuego, de ahí su nombre vulgar. 

Qué les gusta y qué no les gusta

• No son exigentes en ningún aspecto. Soportan cualquier suelo incluso el calcáreo aunque no les hace mucha gracia que lo sea en exceso.
• Toleran cualquier ubicación aunque prefieren una soleada o en sombra parcial.
• Resisten los suelos secos aunque no les gustan los áridos (muy secos y estériles)
• Aguantan estoicamente el frío y las heladas invernales.

Cómo se multiplica

Podemos hacerlo por semillas o por esquejes o estacas plantadas en maceta durante el verano.

Se mantienen en la maceta hasta que están bien arraigadas y se trasplantan al suelo en primavera.

Plantación

Es preferible plantar ejemplares criados en maceta.

Un mes antes, se cava un hoyo del suficiente tamaño para que quepan bien las raíces extendidas y se eliminan todas las hierbas, raíces, bulbillos…

A la tierra extraída del hoyo se le agrega una buena cantidad de compost o materia orgánica, se rellena de nuevo el hoyo con la mezcla y se deja reposar hasta el momento de plantar.

A la hora de plantarlo, se abre de nuevo el hoyo, se coloca el arbusto con su cepellón, se rellena alrededor y se presiona un poco toda la tierra alrededor del arbusto dejándola un poco rebajada para que retenga el agua de la lluvia o del riego.

Terminada la plantación, lo regamos abundantemente.

Si lo hemos comprado de raíz desnuda, cubrimos éstas con tierra fina para que penetre bien entre ellas y no queden huecos de aire.

Poda

• Al plantarlo

Si lo hemos trasplantado de una maceta, solamente será necesario recortar los brotes más débiles.

Si es de raíz desnuda, tendremos que podar algo más, cortando sus ramas a la mitad de la longitud. 

Yo sé que reducir de esa manera una planta que hemos comprado grande y pagado más por ello resulta a primera vista incongruente pero os aseguro que no lo es. 

Las raíces, el tallo y las ramas principales siguen siendo grandes y fuertes aunque las recortemos y de esta manera se asegura una próxima brotación fuerte y vigorosa.

• Poda de mantenimiento

Como su tendencia es a emitir tallos largos que rompen la armonía de la copa, se le recortan a principios de primavera los brotes laterales más largos y se eliminan los que crecen en mala dirección y los muy enmarañados. 

Si se desean muchos frutos, no debe podarse más. 

La variedad que más compacta crece y más frutos produce es la “Watereri”

Usos en el jardín

• Es muy utilizado como seto colocando las plantas a 60cm. En este caso, hay que podarlo dos veces al año: después de la floración en junio y a finales de agosto, recortando las ramas que sobresalen.

• Para adornar fachadas y muros como  en el caso de la fotografía. En este caso, será necesario ayudarlo con tutores.

• Para pérgolas.

• Como arbusto en medio del césped.

• Para cortar ramos, en composiciones y arreglos florales.

El espino de fuego en invierno con nieve helada en las ramas