Prímulas

 

Y cuando llegó la primavera, el campo ya estaba inundado de prímulas.

La prímula o primavera es la primera, la mas madrugadora de las flores. Tanto es así por mi zona que ya llevamos desde enero disfrutando de su presencia.

¡Y no os imagináis qué presencia! Inundan la pradera, las zonas sombreadas y húmedas, cualquier rinconcito que se encuentran libre en los parterres del jardín.

Son tan bonitas que yo las dejo todas porque cuando están ellas, no hay otras y después, desaparecen discretamente y ceden el protagonismo a las demás.

Su desaparición no es total pues son plantas vivaces que en el verano solo dejan morir su parte aérea. Conservan sus raíces y a la próxima temporada vuelven a brotar y a deslumbrarnos.


Son plantas herbáceas que alcanzan los 25 cm de altura y desarrollan una roseta de hojas carnosas y rugosas con forma de espátula.

Del centro de la roseta surgen los tallos o escapos y en el extremo de estos, las flores.
Las silvestres tienen la corola de color amarillo pálido con una mancha amarilla mas oscura en la base; las cultivadas son de múltiples colores.



Son muy resistentes en su hábitat natural pero delicadas en otros ambientes. 


Qué les gusta

  • Un clima templado.
  • Una posición luminosa pero no excesivamente soleada. Solo si el ambiente es húmedo, soportan bien el pleno sol.
  • Un terreno ligero, fresco y húmedo, algo ácido, con mucho humus o materia orgánica.
  • Humedad ambiente.
  • Riegos frecuentes. Cierto grado de humedad en el suelo pero no encharcamiento.

Cómo se multiplican

Por división de la mata. Alrededor de la roseta desarrollan hijuelos que se desgajan con cuidado y se plantan en otro lugar.

Por semillas. 

Nosotros compramos hace tiempo un par de plantitas con las flores rosas que colocamos en la rocalla y al cabo de los años, al esparcirse las semillas ellas solas, las tenemos naturalizadas por toda la pradera, mezcladas con las silvestres y en todas las variedades de tonos del morado al rosa claro.



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