La diminuta y curiosa Cimbalaria (Cymbalaria muralis)


Cymbalaria muralis es una de las flores diminutas más comunes y corrientes que nos encontramos por cualquier parte pero en la cual, debido quizá a su abundancia y pequeñez, no solemos fijarnos mucho.

Cuando un día nos decidimos y la observamos de cerca, nos deja desconcertados. ¡Cómo no me había fijado antes en esta maravilla!


Pertenece a la larga y ancha familia de las Escrofulariáceas y comúnmente se la conoce por el nombre de palomilla de muro debido a que éstos son sus lugares favoritos para crecer y desarrollarse.



Es vivaz y rastrera. Sus tallos finos, redondos, glabros (sin pelos), de un bonito color carmesí, son capaces de reptar casi un metro.
Los extiende como si fueran antenas y los va moviendo hasta encontrar un lugar adecuado donde asentarse.


Sus hojas se disponen en los tallos de forma alterna y se sostienen sobre un delegado y largo pedúnculo. Son verdes, ligeramente carnosas, redondeadas, con 5 delicados lóbulos bordeados de carmín.

Las flores crecen en las axilas de las hojas y también las sostiene un largo pedúnculo. Son solitarias y no sobrepasan el centímetro de anchura. Son de color rosado  o violeta; a veces también lila casi blanco.




Tienen la corola en forma de tubo que por detrás termina en un espolón y por delante en dos labios, el de arriba formado por dos lóbulos más pequeños y el de abajo por tres más grandes y pronunciados.


El labio inferior presenta una pequeña hendidura o abolladura y dos manchas de color amarillo.

Fijaos qué lecciones de teoría del color nos da la naturaleza poniendo, en tan diminuta flor, los colores complementarios morado y amarillo, uno al lado del otro para que se realcen mutuamente y ofrezcan a los insectos el aspecto más llamativo posible.


El fruto es una cápsula globosa que, cuando alcanza la madurez, se abre dejando escapar numerosas semillas por lo que se reproduce ella sola con suma facilidad.


Se la puede encontrar por toda Europa, sobre todo en muros y roquedos, ocupando cualquier grieta, pero también en cualquier terreno húmedo y algo umbrío.
Hoy día también hay cultivares para jardines de rocalla y para colocar en muretes.

Florece desde principios de primavera hasta finales del otoño. Es una planta tóxica aunque en la antigüedad se utilizó la infusión de sus flores secas contra el escorbuto.

Comentarios

Plantukis ha dicho que…
Me parece un ejemplar de lo más interesante y agradezco la buenisima información que has aportado. un abrazo desde Plantukis
Montse ha dicho que…
A mi me gusta mucho esta pequeñina, la dejo incluso que crezca en alguna zona del jardín. Vista de cerca tiene unas florecillas preciosas y muy graciosas ¡a mi me encanta!
Un beso.
Lidia ha dicho que…
Muchas gracias Raúl. Otro abrazo para ti.
Lidia ha dicho que…
¿Verdad? las florecillas son una auténtica monada y la planta en su conjunto es bonita. Yo también la dejo crecer en muchos sitios. Un abrazo Montse y gracias por tu visita.
La Biosfera de Lola ha dicho que…
Me encantan estas florecillas Lidia, son muy originales, aquí también tenemos, aunque en poca cantidad. Besos.
Lidia ha dicho que…
A mi me parecen una auténtica monería, no me canso de hacerles fotos y ¡mira que tardé tiempo en fijarme en ellas! Un abrazo Lola y gracias por visitarme.
ifara ha dicho que…
En mi casa también han nacido naturalmente y me preguntaba si sería posible "trasplantarlas" al suelo del jardín para que formarán una especie de manto.
Ustedes que creen?
Lidia ha dicho que…
Hola Ifara: puedes intentarlo y ver cómo reacciona pero las plantas silvestres, tal como les ocurre a los animales silvestres o salvajes, no suelen adaptarse fácilmente a condiciones que no les son las propias. Esta planta crece espontáneamente en muros (de ahí su nombre) y un terreno profundo y fértil a lo mejor no es de su agrado. Habrá que probar y ver...
ifara ha dicho que…
Gracias Lidia!
Pues no me queda, otra probaré en un trocito a ver que le parece.
Monica S, ha dicho que…
Hola, tengo esta hermosa plantita creciendo como loca en mis jardineras. A mi me encanta, me pone hasta de buen humor verla, pero le ha cogido gusto a las vecinas coprosmas y parece que hasta quiera ahogarlas.
Mi pregunta es, pueden beneficiarse ambas si la cymbalaria cubre la coprosma? o mejor dejo que la coprosma "respire"? es que de verdad que la está cubriendo, entortijándose entre las ramas de las coprosmas vecinas.
Gracias
Lidia ha dicho que…
Hola Mónica: es tu decisión pero a mi, personalmente, no me gusta ver cómo una planta invade el espacio de la vecina. Yo, desde luego, intentaría que se dirija hacia otro lugar que quede libre o simplemente la podaría o arrancaría si molesta. Es una lástima pero al igual que pasa con las personas, las plantas han de respetar a sus vecinas. Saludos y gracias por tu visita al blog.