Fruta casera todo el año


¿Parece un sueño el poder tener fruta casera durante todo el año?

Pues si se vive en un lugar con clima templado, se dispone de una huerta o jardín y se tiene la precaución de planificar la compra y cultivo de los frutales, es posible y yo doy fe de ello.

Aquí donde yo vivo, tenemos un clima templado pero bastante húmedo y poco soleado, no precisamente ideal para cultivar frutales. El truco está en estudiar bien cuáles pueden adaptarse a dicho clima y ver en qué época fructifican.

Y así, de esta forma tan simple, más el amor que le ponemos, conseguimos recoger fruta o mantenerla fresca prácticamente todos los meses del año

Estas son las que nosotros cultivamos:

En enero disponemos de:

Caquis, kiwis, mandarina, naranjas, limones y aguacates.

En febrero

Siguen los kiwis, los limones, las naranjas y los aguacates.

En marzo

Siguen las naranjas, los limones y los aguacates.

En abril

Aún quedan naranjas y limones. Estos últimos los hay durante todo el año.

También sigue habiendo aguacates.

En mayo

Comienzan las fresas y las frambuesas.

En junio

Siguen las fresas y las frambuesas.

Llegan las grosellas rojas y negras.


En julio

Disfrutamos de las primeras manzanas, de guindas, cerezas y ciruelas.

También maduran las uvaespinas.

Comienzan las peras.

En agosto

Continúan las manzanas, las peras y las fresas.

Comienzan los melocotones, las avellanas y las moras.



En septiembre

Vuelven las frambuesas ya que nuestras plantas son de las de doble floración.

Continuan las manzanas, los melocotones y las avellanas.

Comienzan los higos y los membrillos.

Continúan las moras.

Recogemos las nueces.



En octubre

Disfrutamos de higos, castañas, nueces, avellanas y moras.

Comienzan las feijoas (guayabos del Brasil).

En noviembre

Comienzan los caquis y los kiwis.

Comienzan también los aguacates.

Siguen las feijoas y los membrillos. También los limones que se recogen durante todo el año.

En diciembre

Hay mandarinas, caquis, kiwis, aguacates y limones.

Debido a la poca abundancia de horas de sol y al exceso de humedad, nosotros cultivamos los frutales en forma de vaso abierto para que las copas estén bien aireadas y la insolación llegue bien a todas sus partes.

Antes de plantarlos, nos informamos bien de cuáles son sus necesidades, tipo de suelo que les gusta, disposición más adecuada por vientos, insolación, heladas...

Les preparamos con bastante antelación el terreno (unos tres meses) añadiendo buena cantidad de compost o abono orgánico y enmendando la tierra si es necesario y colocamos tutores. 

Les practicamos una poda de formación y luego los arreglamos todos los años practicando la poda de verano e invierno, de forma que nunca lleguemos a tener que cortar ramas gruesas y producir grandes heridas que puedan ser foco de infección o debiliten mucho a la planta.

Los fertilizamos con compost y un abono completo NPK. Como nuestro suelo es algo alcalino, le añadimos también a los que lo necesitan, un poco de sulfato amónico que es un fertilizante ácido.

Les mantenemos el suelo limpio de hierbas y malezas.

Estamos atentos a la aparición de plagas o enfermedades para atajarlas enseguida sin tener que recurrir a productos químicos.

Aquí tengo que decir por propia experiencia, que cuando los frutales están bien podados y cuidados, es muy poco frecuente que cojan enfermedades.

Debido al clima tan húmedo, lo que sí utilizamos es una solución de cobre para melocotoneros y manzanos que se la aplicamos justo antes de la caída de las hojas y luego de nuevo en febrero.

Para que la fruta madura se conserve durante el mayor tiempo posible hay que saber cuáles siguen madurando una vez recolectadas y cuáles no. 

Las que siguen madurando una vez recolectadas (climatéricas) como caquis, kiwis, peras o manzanas, las recogemos cuando aún están tersas y no del todo maduras. Las extendemos en un lugar oscuro, fresco y aireado y las vamos consumiendo a medida que maduran.

Las que no siguen madurando una vez separadas del árbol como las naranjas, las vamos recogiendo a medida que maduran y se separan solo casi con tocarlas.

Los excedentes los congelamos para elaborar pasteles y batidos en las épocas en las que ya no hay frutas frescas.

Salir a la huerta y recoger unas frutas para llevar a la mesa en cualquier momento, es una gran satisfacción. 

Animo a todo el que tenga la oportunidad a planificarlo y disfrutarlo. 

Comentarios

A Casa Madeira ha dicho que…
Lindas as imagens.
Uma bela postagem.