Una planta de albahaca en el balcón

 

Esta es una de las plantas que con más satisfacción cultivamos los que somos aficionados a la horticultura y a la cocina al mismo tiempo. Disponer de tu albahaca fresca en la ventana o en la terraza y poder recolectarla en el momento justo de preparar un pesto o unos espaguetis, es un verdadero privilegio.

Así pues, animémonos porque siguiendo unos sencillos consejos, nos resultará muy fácil y gratificante.

albahaca de hoja grande

La albahaca (Ocimum basilicum) es una planta propia de climas cálidos que no resiste las heladas por lo que en el exterior, en climas templados o frescos como el nuestro, se comporta como anual, muriendo cuando llegan los días fríos.

Esto significa que la planta nace, crece, florece y muere a lo largo de una temporada por lo que no debemos alarmarnos cuando, llegado el otoño o el invierno, nos dice adiós.

A la temporada siguiente, compraremos otra plantita y la cuidaremos con el mismo esmero.

No obstante, podemos intentar alargar su vida, trasladándola a principios del otoño, al interior, a un lugar donde reciba abundante luz.

¿Qué le gusta a la albahaca?

  • Un emplazamiento al aire libre cálido, abrigado y soleado.
  • Una tierra rica y permeable.

Cuando compremos nuestra plantita en el vivero, nos haremos también con una bolsa de sustrato universal o tierra de cultivo a la que añadiremos una generosa dosis de abono orgánico (también nos venden bolsitas en el vivero).

Con dicha mezcla rellenaremos una maceta (mayor que la que trae la planta) o cajonera donde vayamos a colocarla y la trasladaremos con cuidado de no dañar el pan de raíces.

La colocaremos de forma que quede un poquito más hundida que en su tiesto original (uno o dos  de centímetros será suficiente) y presionaremos la mezcla alrededor de las raíces para que no quede aire. A continuación, la regaremos abundantemente.

Conviene que los primeros días se encuentre en una zona resguardada, en semisombra, hasta que se adapte a sus nuevas condiciones de vida y cuando la veamos alegre y animada, la pondremos ya en un lugar donde disfrute de mucha luz y mucho sol.

  • Un riego periódico y abundante.

Como no le gusta nada pasar sed, tendremos cuidado de regarla regularmente pero eso sí, sin llegar a encharcarla.

Para que esto no suceda, es conveniente poner en el fondo de la maceta una pequeña capa de piedrecitas para que si el riego es excesivo, drene y no se quede depositada en la maceta 

Sabremos cuando necesita un nuevo riego al tocar la tierra y no notarla húmeda.

Albahaca

Si queremos cultivarla a partir de semillas, podemos sembrarlas en primavera y luego trasplantar las plantitas a macetas individuales o cajonera a principios de verano.

  • Una poda periódica

Para conseguir una planta compacta como la que se ve en la fotografía, hay que ir recortando periódicamente unos pocos centímetros todos los brotes, haciéndolo justo por encima de un par de hojitas, sin dejar muñones de tallos que afeen la planta.

Esta operación impedirá que florezca de forma prematura y su vida se acorte.

Los tallos florales  tales como los que se observan en la siguiente fotografía hay que recortarlos o desmocharlos nada más aparecer para que los flores no se desarrollen a no ser que lo que queramos sea precisamente que florezca para recoger semillas pero sabiendo que entonces, la producción de hojas disminuirá o terminará.

Usos de la albahaca

Las hojas de la albahaca frescas (las de cualquier variedad), se utilizan en la cocina tanto en ensaladas como en platos cocinados.

Las albahaca seca, además de en la cocina, se utiliza como infusión ya que posee propiedades antiespasmódicas, estimulantes y diuréticas.

También he leído (no comprobado) que colocada la planta en la ventana, impide el paso de moscas y mosquitos al interior

Para guardarla seca 

La albahaca de hoja pequeña (en la foto siguiente) se la deja florecer y una vez florecida, cortamos los tallos enteros, con flores y hojas, los extendemos sobre papel de cocina o tela de algodón en lugar seco y aireado pero sin sol directo y esperamos a que se sequen por completo. Una vez seca, la desmenuzamos y la guardamos.

Si se trata de la albahaca de hoja grande, se separan las flores y hojas de los tallos y se desechan éstos. El resto del proceso igual que con la anterior.


Comentarios

Anónimo ha dicho que…
Sí que ahuyenta los mosquitos, pero seguramente una planta sea insuficiente para una ventana, creo yo.

Como vivo en un lugar en el que de noviembre a mayo hiela por la noche, y en pleno invierno de día, para guardarlas y utilizarlas a conveniencia, en vez de secarlas, cuando alcanzan su plenitud, corto las hojas y las embadurno en aceite, y bien apretaditas las envuelvo en paquetitos de film plástico o similares de 50, 100 gramos... y al congelador. ¡Qué gustazo disfrutar de una salsa pesto, por ejemplo en enero!
Lidia ha dicho que…
Hola: agradezco mucho tu comentario pues no conocía esta forma de conservar las hojas de albahaca. Yo, en fresco, las conservo tal cual en paquetitos en el congelador, sin untarlas de aceite o bien en seco como explico en el artículo.
Saludos y muchas gracias.