Mi frutal no da flores ¿qué puedo hacer?

En varias ocasiones ha habido lectores de este blog que me han preguntado por qué su arbolito no produce flores y por tanto, frutos.

Las causas pueden ser muchas y variadas:
  • demasiado joven
  • climatología adversa
  • pájaros que se comen las yemas...
Pero suponiendo que nada de lo anterior ocurra y así y todo, nuestro frutal sea reacio a llenarse de flores, nosotros podemos ayudarle un poquillo, influyendo en la diferenciación de las yemas.

Recordamos antes de seguir, que al principio, las yemas que surgen en las ramas nuevas del árbol, no son ni de leño ni de flor sino que llegarán a ser de una u otra cosa en función de una serie de circunstancias en las que sí podemos influir para que muchas se conviertan en yemas floríferas.

¿Cómo influir?
  • Eligiendo portainjertos débiles
Así el árbol no tendrá la tendencia natural a brotar con fuerza y desarrollar ramas en detrimento del fruto.
  • No realizando cortes drásticos, solo los mínimos.
A la hora de podar, cortar con mucha moderación y practicar la poda de verano que favorece la formación de flores al contrario que la de invierno que favorece la brotación.
  • Favoreciendo mediante la poda que la luz y el aire lleguen a todas las ramas.
Así, las yemas del interior tendrán también la oportunidad de madurar.
  • Que todas las ramas dispongan de un espacio vital.
Aclarándolas, despejando el centro, eliminando las que crezcan muy juntas impidiéndose la llegada de la luz, el aire y el calor. Si una rama no dispone de ese espacio vital necesario, tenderá a crecer hacia arriba en vez de a fructificar.
  • Regular mediante la poda el número de yemas.
Los árboles, como cualquier otro ser vivo, pueden con lo que pueden. Un excesivo número de yemas, obliga al árbol a repartir su energía entre todas ellas con el resultado de yemas débiles en general.
  • Cuidado con los abonos nitrogenados. 
La carencia de  nitrógeno obstaculiza la floración pero el exceso perjudica la formación de yemas de flor.
Con el exceso de nitrógeno se rompe el equilibrio entre sustancias absorbidas y elaboradas lo cual estimula la producción de hormonas de crecimiento y no de fructificación.
El aporte por tanto, ha de ser equilibrado. 
  • Evitar el exceso de humedad en el suelo a finales de primavera (época de la inducción) aunque esto no significa hacer pasar sed al árbol, solamente no pasarse con el riego.
  • Mantener, sobre todo a finales de primavera y principios de verano, el suelo limpio de hierbas y maleza.
  • En los manzanos, la inducción floral tiene lugar al mismo tiempo que la floración.
* Para más información sobre la diferenciación de las yemas y el proceso de inducción floral, ver: 




Comentarios

Montse ha dicho que…
Excelente tu artículo, Lidia.
Mil besos.