Ajo blanco (Allium neapolitanum)
El ajo blanco es, como he dicho, una planta bulbosa, perenne, de la familia de las Liliáceas.
Sus bulbos son pequeños, blanquecinos y muy prolíficos. Desarrollan numerosos bulbillos con los que se reproduce de manera espontánea.
Tiene hojas largas y estrechas (lineares) algo frágiles, de color verde.
Los escapos (tallos florales) son largos y estrechos, más duros y rígidos que las hojas y pueden alcanzar los 30 cm de altura.
Aparentan ser cilíndricos pero observados detenidamente vemos que tienen una forma peculiar: la mitad es redonda y la otra mitad, plana con 2 costillas bien marcadas.
En el extremo de los escapos surgen las inflorescencias en forma de umbelas compuestas por hasta 30 florecillas.
Antes de abrirse, las flores están envueltas por una espata, especie de hoja membranosa de color verde primero y blanquecino después que permanece en la planta aún después de seca.
Resulta muy tierno contemplar el nacimiento de los ajos blancos.
Se abre la espata y aparecen los capullos desperezándose y abriéndose poquito a poco.
¿No parece una cuna con los bebés dentro?
Las flores están formadas por 6 tépalos de un blanco inmaculado que se despliegan formando una estrella.
Las flores son muy duraderas y sirven como flor cortada.
Qué les gusta
- Clima templado sin heladas intensas. Si hay peligro de ellas, hay que plantarlos en lugares protegidos.
- Semi sombra o sombra.
- Terreno con humedad suficiente, fértil con humus o tierra de bosque pero se adaptan a otros terrenos.
No los necesita. Es una planta muy resistente, muy rústica pese a su aspecto tan hermoso y delicado.
Crece y se desarrolla sin ningún tipo de problema y más si se la deja crecer a su aire, de forma asilvestrada.
Se reproduce ella sola con la misma facilidad.
Comentarios
Muchos besos.