Árboles frutales y ornamentales: diferencias en la poda


A veces, hablando de la poda de frutales, alguien me ha dicho que es una pena hacerle eso a los pobrecitos árboles así que he pensado opinar sobre ello aquí, donde he publicado muchas páginas sobre poda.

La pregunta que nos hagamos podría ser: ¿Es buena o mala la poda para los árboles?

Plantamos en nuestros jardines dos tipos de árboles: frutales y ornamentales con objetivos completamente diferentes.

Con los ornamentales,  nuestro único y exclusivo fin es el de disfrutar de su vista, de su porte, de su elegancia natural, follaje, tamaño… sin pretender sacar de ellos ningún otro beneficio que el placer de contemplarlos.
Son ejemplares que no han sido injertados ni modificados, que conservan las características inherentes a su especie y que nos gustan precisamente por eso.


Los frutales sin embargo, son árboles que plantamos para conseguir de ellos un beneficio: su fruta.
Han sido injertados y seleccionadas las variedades a lo largo de los años con el fin de que sean mas productivos y de mejor calidad. Son plantas domésticas como domésticos son una vaca o una gallina y requieren como ellos, cuidados y atenciones especiales.


Teniendo en cuenta que la poda ha de hacerse siempre con un objetivo claro, se deduce rápidamente  que no será lo mismo para unos que para otros.

La poda de los frutales, siempre realizada en el momento adecuado, de forma racional y con respeto hacia el árbol que es un ser vivo,  es imprescindible si queremos que nuestros frutales estén sanos, fuertes y produzcan fruta de calidad.

Al mismo tiempo, yo siempre digo que si uno no tiene claro qué es lo que tiene que cortar y para qué, es mejor que no corte nada en absoluto. Nuestro perro seguirá siendo feliz si le cortamos las uñas y nuestros muebles y alfombras lo agradecerán pero no ocurriría lo mismo si le rebanamos una almohadilla por no saber muy bien por dónde cortar.

Una poda mal hecha, debilita al árbol dejándolo propenso a contraer enfermedades con las que puede llegar a morir.

La poda de un frutal perseguirá:

  • Un árbol sano y vigoroso pero que no sobrepase cierta altura para que la recolección de la fruta no sea un problema,
  • Un tamaño pequeño o mediano para que no gaste energía en mantener una gran estructura en detrimento de la producción.
  • Una copa despejada y abierta para que el sol y la luz penetren por ella y puedan madurar las yemas y los frutos que se hayan en el interior.
  • Un equilibrio entre brotación y fructificación para que el árbol se renueve y produzca al mismo tiempo. 


La poda de un árbol ornamental será siempre la mínima imprescindible:

  • Ramas rotas que puedan desgajarse y suponer un peligro.
  • Ramas enfermas o secas.
  • Ramas muy bajas o mal situadas que dañen el tejado, la casa u otra instalación.

Todo ello, intentando siempre que conserve su porte natural y siga siendo hermoso y armonioso.


En esta fotografía podemos observar un ejemplo de mutilación salvaje que debería estar penalizada.

Con estas podas drásticas los árboles pierden toda su elegancia natural y se debilitan hasta tal punto que unas simples lluvias mas fuertes de lo normal o unas ráfagas de viento, pueden derribarlo.

Cada vez que reducimos el tamaño de la copa, el árbol reduce el tamaño de su pan de raíces que queda tan pequeño y débil que no es capaz de soportar un tronco grande y pesado.


Comentarios

Plantukis ha dicho que…
Buenisima opinión e información. Un saludo desde Plantukis
Lidia ha dicho que…
Muchas gracias, Raúl.