¿Cómo es el suelo de mi jardín? Tipos de suelo
Llegó el momento de hablar un poco del suelo.
El tema puede resultar algo tedioso y por esa razón lo iba dejando aunque hace mucho tiempo que tenía ganas de hacerlo. A mi personalmente, es un tema que me parece hermoso e interesante.
El suelo es la casa y el alimento de nuestras plantas por lo que resulta de vital importancia conocer algo sobre él si queremos cultivarlas con éxito.
Un suelo para plantas tiene que ser ante todo, fértil y contener vida: pequeños animalillos (lombrices, insectos) que lo mueven, lo airean y lo enriquecen con sus restos, bacterias que desintegran esos restos y los convierten en materia orgánica y otros organismos llamados edáficos que también lo modifican y eriquecen.
¿Todos los suelos fértiles son iguales?
Pues no. Dependiendo del tamaño de las partículas que los forman, los suelos se clasifican en:
- Ligeros: formados por partículas grandes. El más ligero: la arena de las dunas.
- Pesados o compactos: formados por partículas pequeñas. El más pesado o compacto: la arcilla.
- Entre el más ligero y el más pesado, los suelos intermedios.
Cuanto más ligero es un suelo, más drena, menos retiene el agua, más se lava con las lluvia perdiendo con ello materiales nutritivos y minerales.
Cuanto más pesado, menos drena. Con la humedad se pone pegajoso y se trabaja mal.
Queda claro que lo ideal, en líneas generales, es uno intermedio.
La acidez y alcalinidad del suelo
Cuando un suelo es rico en sulfuro de hierro se dice que es ácido.
Cuando un suelo es rico en carbonato cálcico, se dice que es alcalino.
Al grado de acidez o alcalinidad se le conoce por pH (potencial de Hidrógeno).
En una escala de 1 a 14:
El pH neutro tiene un valor de entre 6´5 y 7.
Por encima de 7 se considera alcalino y por debajo de 6'5 se considera ácido.
Dependiendo del grado de acidez o alcalinidad de los suelos, estos se clasifican en:
Ácidos (<6´5)
Son los preferidos por ciertos tipos de plantas como rododendros, camelias, brezos, hortensias... a las que se denomina acidifolias.
Si queremos corregir el exceso de acidez, añadimos cal al suelo en otoño o invierno.
Alcalinos
El suelo arcilloso y el calizo, calcáreo o cretoso son alcalinos.
Hay plantas como el cotoneaster o los lirios que prefieren este tipo de terreno.
Las plantas que no soportan el terreno alcalino reciben el nombre de calcífugas. Las plantas que lo prefieren se llaman calcícolas.
El exceso de alcalinidad es difícil de corregir. Se hace con la adición de materia orgánica animal o vegetal (humus) en abundancia, quelatos de hierro y abonos acidificantes como el sulfato amónico.
Neutros
La mezcla de cultivo o sustrato que venden en los centros de jardinería para plantas de exterior e interior es un terreno neutro en el que se dan bien la mayoría de las plantas.
Para medir la acidez o alcalinidad del suelo, venden kits en los centros de jardinería.
- Suelo arcilloso
- Suelo calizo, calcáreo o cretoso
Son muy alcalinos por lo que muchas plantas tienen problemas en ellos para absorber el hierro y el manganeso lo que les produce carencias (clorosis férrica) Drenan bien. Son pobres en potasa. La materia orgánica en ellos se descompone con rapidez.
- Marga
Una marga intermedia es la mejor para cultivar en ella. Si el subsuelo de la marga es de roca caliza, será una marga alcalina. También se enmienda con materia orgánica (animal o vegetal).
- Suelo arenoso
- Turba
Los rododendros son felices en un terreno ácido como la turba
Prueba casera para ver la composición de nuestro suelo
Cogemos una muestra de tierra y la introducimos en un tarro que tenga tapa.
Le agregamos agua a la muestra, tapamos y agitamos bien.
Luego lo posamos y lo dejamos reposar hasta que se sedimente. Se irán depositando capas: más abajo la arena, más arriba la arcilla y la más superficial, la materia orgánica.
Con este sencillo experimento podremos ver la cantidad de materia de cada clase que tiene nuestro suelo.
Y para finalizar, la mayoría de plantas y frutales se desarrollan perfectamente en terrenos neutros pero no está de mas que cuando compremos una planta nueva, nos informemos de qué suelo prefiere para saber si se dará bien en el nuestro o si tendremos que enmendárselo o incluso renunciar a ella para no verla sufrir a diario.
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