¿Podamos en noviembre?
Durante el mes de noviembre (otoño en el Hemisferio Norte) en zonas de clima templado-frío, donde los árboles hayan perdido ya sus hojas y entrado en reposo vegetativo, podemos iniciar la poda seca o poda de invierno.
En mi clima sin embargo, con días aún bastante cálidos y muy húmedos, aún no es el momento de iniciarla ya que los árboles conservan todavía buena parte de sus hojas y mientras esto suceda, estarán elaborando con ellas sustancias de reserva.
Por otra parte, en noviembre nos llueve mucho, el suelo está empapado y el ambiente es muy húmedo, con lo cual el peligro que tienen los árboles de contraer enfermedades por el corte sería grande.
Aquí es preferible esperar a enero-febrero y elegir para ponerse a ello, un día sin riesgo de helada o de lluvia.
Dicho esto, si vivimos en zona donde nuestros árboles ya están dispuestos, podemos comenzar con la poda de los frutales de pepita (manzanos, perales y membrilleros) y dejar los de hueso (ciruelos, melocotoneros, cerezos) para finales del invierno.
Aquí dejo unos enlaces para los que comiencen ya:
Y para que el artículo no se quede muy chiquito, allá va algún concepto sobre la poda que conviene repasar:
Al modificar el tamaño de la copa del árbol por medio de la poda, actuamos sobre el equilibrio entre las sustancias que el árbol absorbe por las raíces y las que es capaz de elaborar con sus hojas.
Si ese equilibrio no se da, el árbol no producirá yemas floríferas y brotes en cantidad proporcional. Es lo que le ocurre a los arbolillos muy jóvenes, que aún no tienen un número de hojas suficiente como para elaborar todas las sustancias que absorben sus raíces lo que les incita a brotar en vez de florecer.
Por tanto, hemos de saber que si cortamos drásticamente una rama, la estaremos obligando a utilizar la energía en brotar en vez de en desarrollar yemas de flores.
Si por el contrario, la cortamos muy poco, ese año formará muchas yemas de flor pero al siguiente apenas formará alguna con lo que estamos forzándolo a hacerse vecero.
Podar con conocimiento y lógica, ayudando al árbol a mantener el equilibrio entre yemas de flores y brotes, nos proporcionará cosechas seguras y continuadas.
Favorecen también la fructificación:
- Ramas bien iluminadas y ventiladas: despejar el interior de la copa.
- No pasarse con el abono nitrogenado pero procurar que la planta no carezca de él.
- Practicar cortes de retorno en los árboles adultos.
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