El maravilloso proceso de la fructificación


A veces, nuestros árboles frutales se niegan a producir flores y frutos y nos preguntamos extrañados cómo puede ocurrirles algo así, siendo lo normal que llegando la primavera se cuajen de flores.

Aparentemente, todo es muy sencillo: en las ramas crecen yemas; de las yemas salen flores y las flores se convierten en fruto pero... la cosa es algo más compleja.

El comienzo de todo el proceso tiene lugar un año antes.

En principio, un año antes mas o menos según especies, todas las yemas del árbol son vegetativas (productoras de ramas) pero el árbol, guiándose por factores genéticos, hormonales, nutricionales y ambientales, comienza una serie de cambios que desembocarán en la transformación de muchas de ellas en fructíferas y éstas serán las que a la temporada siguiente produzcan flores y frutos.

Las fases del proceso completo serían estas:

Inducción floral 

Como hemos dicho, algunas yemas comienzan una serie de transformaciones que al principio no se aprecian a simple vista.
Si en ese momento, el árbol se ve sometido a condiciones adversas, abandona el proceso de cambio iniciado y las yemas continúan siendo vegetativas. Más adelante sin embargo, el proceso será ya irreversible.

Es muy importante por tanto que en esa época, el árbol no pase por circunstancias que malogren la inducción.
Significa esto que si vamos a realizar labores o poda ha de ser unas semanas antes (son lentos en la respuesta) o después, cuando la inducción sea ya irreversible.

Yemas fructíferas con forma redondeada

Iniciación floral 

A continuación, comienza la iniciación floral que ya podemos observar gracias al cambio de forma que experimentan las yemas que pasan de ser puntiagudas a ser redondeadas.

En líneas generales, en los perales, la iniciación floral comienza a primeros de julio y dura hasta mediados de agosto, en los manzanos, de mediados de junio a finales de julio, en melocotoneros dura todo el verano y en los arbustos de fruto, de agosto a mediados de septiembre.
En el membrillero sin embargo tiene lugar a finales del invierno.
En cítricos y otros frutales de hoja perenne, a final de otoño y en invierno del mismo año de la floración.
En el limonero, excepcionalmente, la iniciación floral tiene lugar en agosto.

Diferenciación floral 

Al igual que el feto va tomando forma en el vientre de la madre, la futura flor va formando sus partes dentro de la yema: sépalos, pétalos, estambres…Cuando la planta entra en reposo invernal, a finales del otoño, las futuras flores están ya prácticamente formadas.


Floración

Suele tener lugar en primavera, después del reposo invernal pero puede adelantarse o retrasarse en función de las temperaturas, el estado del árbol y algunos tratamientos químicos.
Las yemas se abren y aparecen los botones florales. No ocurre al mismo tiempo en todas las partes del árbol; suele empezar por la zona alta y la exterior de la copa.

Polinización y fecundación

Los granos de polen que se forman en las anteras de los estambres, contienen los gametos masculinos. Cuando alcanzan su madurez, son liberados y llevados por los insectos o el viento (o de forma artificial) hasta el estigma de la flor para desde allí, unirse mediante un proceso bastante complicado, a los óvulos que se encuentran en el interior del ovario y fecundarlos dando lugar al embrión.
Las condiciones ambientales y nutritivas (clima adverso, falta de nutrientes) en las que se desarrolla este proceso, influyen en la posibilidad de que las flores puedan resultar estériles.


Desarrollo y maduración del fruto

El embrión crece, engorda, se desarrolla y por fin, se convierte en un fruto maduro. Para que todo este proceso tan largo y bastante complejo culmine con éxito, las condiciones del suelo, la temperatura, iluminación, agua, nutrientes e intervenciones como la poda o la escarda, han de ser los adecuados y mantener entre ellos un equilibrio.


Visto todo esto ¿no parece un milagro que al final la fructificación llegue a buen puerto?

Visto el proceso, a continuación enumero los factores que pueden influir en él de forma negativa, con el fin de evitarlos si está en nuestra mano:
  • Podas mal hechas o a destiempo
  • Exceso o defecto de nutrientes y momento de su aplicación
  • Riegos excesivos o escasos 
  • Adversidades climatológicas
  • Falta de agentes polinizadores
  • Competencia con otras plantas que los priven de luz, aire o nutrientes (árboles cercanos, malas hierbas en la base...)

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
la verdad es que si, perfectamente explicado jeje
Lidia ha dicho que…
Muchas gracias. Saludos
kiSi ha dicho que…
Que bien explicado y que fácil lo haces. No sabía que todo empieza un año antes, lo que le dá más importancia a la poda si es posible.
Un beso.
Solin ha dicho que…
Un post muy interesante!!! Explicación teórica y practica fantástica ( las imágenes que ilustran cada paso claras y perfectas).
Plantukis ha dicho que…
Me encanta como lo has explicado y las fotos de apoyo. Mis felicitaciones.
Lidia ha dicho que…
Ya lo creo Kisi: la poda es fundamental para la diferenciación floral, cómo y cuándo la hagamos, por eso yo insisto siempre tanto en ese tema de la poda. Muchas gracias y un beso
Lidia ha dicho que…
Oh, muchas gracias. Me costó un poco desechar algunas otras cosas interesantes que me hubiera gustado incluir pero que quizá lo habría hecho un poco más pesado o aburrido. Saludos
Lidia ha dicho que…
Muchísimas gracias Raúl. Un abrazo