Frutales y poda I


La poda es uno más de los factores que intervienen en la salud y producción de nuestro árbol frutal.
Los otros factores son su propia genética y la del  portainjertos,  el tipo de terreno donde vive, el clima que soporta y las técnicas de cultivo que utilizamos.
Teniendo esto presente, cuando decidimos plantar un frutal:
  • Elegimos una buena variedad con un buen portainjertos.
  • Miramos que le vaya bien el terreno donde vamos a ubicarlo (ácido, alcalino, permeable, arcilloso...)
  • Que se adapte a las condiciones climatológicas del lugar (estaciones definidas, frío invernal, temperaturas cálidas...)
  • Nos informamos de cómo proporcionarle los cuidados que necesita (abono, riego, protección, limpieza...)
  • Aprendemos a podar (hay diferencia entre especies e incluso variedades) 
¿Y por qué podar un árbol si en estado natural "no" lo necesita?
  • Para estimularlo a producir flores y frutos cuanto antes.
  • Para que la fruta sea grande y buena y la producción regular año tras año.
  • Para que conserve un tamaño adecuado a nuestros intereses y una copa armoniosa y equilibrada.
  • Para eliminarle partes dañadas o enfermas
  • Para rejuvenecerlo
  • Para evitarle ataques de plagas y enfermedades.
Entendemos entonces que, según el objetivo perseguido, será el tipo de poda aplicada. No cualquier poda vale para cualquier cosa, NO.

Con cortes muy severos, se provoca una brotación fuerte y poca diferenciación de yemas de fruto. Por lo tanto, si lo que queremos es que el árbol desarrolle copa, tenderemos a un tipo de poda severa y la llevaremos a cabo en invierno.

Con cortes muy débiles, el árbol puede caer en la alternancia; producir mucho y de poca calidad un año y nada al siguiente.

Con una poda equilibrada, conseguiremos que produzca bien y a la vez se renueve, que haya un equilibrio entre brotación y floración.

Los frutales de hoja caduca experimentan una fuerte brotación en primavera.

Granado que ha experimentado una fuerte brotación primaveral

Hasta que los brotes no alcanzan los 30cm de longitud, las yemas que contienen son neutras; no son ni de leño ni de flor. A partir de aquí, debido a cambios hormonales que experimenta el árbol, empiezan a diferenciarse. Esta diferenciación continúa a lo largo de todo el verano, otoño e invierno y es en la primavera siguiente cuando se completa el ciclo y aparece la flor.

En los árboles de hoja perenne las cosas son distintas: la diferenciación comienza en invierno y se completa en un par de meses.

Por medio de la poda, modificamos o condicionamos el número de brotes y por tanto de yemas, su desarrollo  y la cantidad de luz, de sol e incluso de alimento que reciben.

Este artículo se complementa con este otro: Árboles frutales: nociones para la poda

Comentarios

Montse ha dicho que…
Unas excelentes recomendaciones!
Un beso grande.
Lidia ha dicho que…
Muchas gracias Montse. Este tema de los frutales, cuidados y poda verdaderamente me apasiona, por eso doy tanto la lata con él. Un beso muy grande.
kiSi ha dicho que…
Hola Lidia! Eres todo una experta en la poda y mira que no es nada fácil. Es todo una técnica difícil de controlar, por lo menos para mí. No dejes de darnos la lata con la poda, es la mejor manera de tener unos árboles sanos y conseguir una buena producción y una larga vida en los frutales.
Un beso
Lidia ha dicho que…
Gracias kisi: es verdad, hacerlo bien requiere aprendizaje y conocimiento y por supuesto, experiencia pero es apasionante ver cómo te lo agradecen manteniéndose sanos y hermosos. Un abrazo.