Angelitos en el jardín (Teucrium pyrenaicum)


Estas simpáticas flores llamadas angelitos (Teucrium pyrenaicum) animan verano tras verano la rocalla del jardín.


Son plantas silvestres que ya estaban aquí cuando nosotros llegamos.
Son cespitosas (no superan lo 30cm de altura) y herbáceas pero con una base algo leñosa de la que surgen los tallos, casi cuadrangulares y pelosos.


A lo largo de estos años las hemos respetado sin molestarlas ya que son bonitas, discretas, no dan ningún trabajo y no molestan a nadie.

Como se encuentran en su hábitat natural: grietas de las rocas calizas y lugares secos y soleados del jardín, están tan a gusto que no requieren ningún tipo de cuidado. Poco a poco, van extendiéndose y colonizando un poquito más de espacio pero siempre sin salirse de las rocas o sus aledaños.

Tienen hojas opuestas con apenas peciolo, forma redondeada, borde crenado o festoneado y nervios bastante marcados por el envés.


Sus flores están reunidas en cabezuelas llamadas glomérulos, en el extremos de los tallos.


Tienen un cáliz peloso, formado por 5 sépalos unidos que forman una campana terminada en 5 dientes.


En la siguiente foto,  puede verse un glomérulo donde las flores que lo componen han perdido ya los pétalos y se aprecia perfectamente la forma acampanada con 5 puntas de los sépalos.


La corola es  tubular y termina en un labio (no en vano pertenecen a la familia de las Labiadas) con 5 lóbulos, uno central, blanco y más grande que el resto, dos laterales, también blancos y más pequeños, a modo de pequeñas alas y otros dos en la base que pueden ser blancos, rosados o púrpura y que se pliegan el uno sobre el otro escondiendo detrás los estambres (dos largos y dos cortos) y el estilo.


Las cabezuelas de flores tienen propiedades medicinales. Según he leído, tomadas en infusión, ayudan a hacer la digestión. También son apreciadas por las abejas que las visitan con mucho gusto.


Podemos disfrutar de su floración a lo largo de todo el verano, desde junio hasta septiembre y aunque su nombre puede hacernos pensar que solo se da en los Pirineos, lo cierto es que podemos encontrarla a lo largo de toda la cornisa cantábrica sobre terrenos calcáreos.

En esta foto puede apreciarse un ejemplar con las flores totalmente blancas.


Y en esta, angelitos a punto de abrirse y comenzar a volar.




Comentarios

La Biosfera de Lola ha dicho que…
Preciosas Lidia, en mi tierra no me suena. Un enorme beso.
Anónimo ha dicho que…
Preciosa obra de ingeniería floral.
Gracias por la publicación