PARRACAS (Picris hieracioides)


Me llamó la atención el nombre común de esta planta, tan fuerte y contundente: "Parracas"
Cuando vi el otro, el científico: "Picris hieracioides",  pensé que, definitivamente, se trataba de una planta poco afortunada con la nomenclatura.

Observando sus partes, comprobé que tampoco la naturaleza había desperdiciado con ella mucha hermosura: tallo anguloso, áspero, de color indefinido, medio verdoso, medio rojizo.


Hojas simples de borde liso, sin peciolo que las separe del tallo y las haga esbeltas y delicadas y para colmo, hirsutas, de tacto desagradable.


¿Tan desgraciada iba a ser esta pobrecilla planta que no tuviera algo hermoso?
Empecé a mirarla con otros ojos, tratando de descubrirlo.

Y si, lo tiene:


Sus flores, compuestas, de unos 3 cm de diámetro, lucen hermosas lígulas de color amarillo, terminadas en pequeños dientecillos agudos.

Hay otras muchas flores compuestas que tienen lígulas semejantes desde luego pero...
Diferenciamos las flores de Parracas de otras similares, por sus brácteas involucrales (escamas que forman la base de la flor) que son lanceoladas y también hirsutas, las externas, más cortas y desplegadas.


Sus frutos, que son aquenios, presentan una ligera y elegante curva  y un vilano blanco y plumoso que los transporta hacia nuevas tierras, depositándolos en el suelo con suavidad y delicadeza.


Realmente hermosos estos aquenios. Guarda esta planta toda la belleza para sus hijos.


Parracas, que alcanza en buenas condiciones  el metro y medio de altura, crece profusamente gracias a su buena propagación y capacidad de adaptación.
No es muy caprichosa en cuanto al lugar de residencia: prados, bordes de camino, taludes y roquedos, arcenes, paredes y viñedos son sus hábitats naturales.

Florece durante todo el año. Ahora mismo en otoño, están los bordes de caminos y senderos amarillos de Parracas.

Su hermana, "Picris echioides", a la que el vulgo bautizó con los poco agradables nombres de Raspasayo o Cardo perruno presenta un aspecto aún menos afortunado pero es comestible y puede conservarse en vinagre.

Comentarios

Plantukis ha dicho que…
Siempre hay que mirar el lado bonito de las cosas y cuando no lo hay es que no lo hemos buscado lo suficiente. Gracias por mostrarnos las parracas. Un abrazo desdePlantukis
José A. B. Cadaveira ha dicho que…
Me gusta tu modo de tratar este contenido didáctico. Te defino como "Encantadora de lectores". Aunque no importe la botánica, atrae el modo de comunicarla. Gracias.
Lidia ha dicho que…
Opino exactamente igual que tu. Hasta en lo más horrible podemos encontrar un poco de hermosura y eso es porque nada es feo o bonito, es nuestro cerebro el que decide. Un abrazo y mil perdones por no haberte contestado antes. Tuve un problema con los comentarios y algunos no me han aparecido hasta hoy.
Lidia ha dicho que…
Muchísimas gracias por un comentario tan hermoso que he tenido la mala suerte de no ver hasta hoy. Es lo mas bonito que me han dicho y te lo agradezco un montón. Saludos