ÁRBOLES FRUTALES PARA ZONAS TEMPLADAS
Este artículo es la continuación de otro publicado anteriormente: Árboles frutales para cada zona climática donde hacía una breve exposición de las zonas y los frutales correspondientes a cada una de ellas.
Hoy me extenderé un poco con los frutales de zona templada.
Muchas personas, yo la
primera, nos hemos empeñado (o continuamos haciéndolo) en cultivar por ejemplo un
hermoso manzano en zona de clima no adecuado y nos desesperamos porque el árbol
no cubre nuestras expectativas. Por eso, lo bueno es tener las ideas claras al respecto y luego, si
queremos empeñarnos en la tarea, lo hacemos pero sabiendo a qué atenernos.
Los árboles frutales propios de zona templada: manzanos,
perales, ciruelos, cerezos y también melocotoneros, albaricoqueros, vid, olivo, nogales, almendros y caquis, necesitan para ser productivos:
EN INVIERNO
Acumular un cierto número de horas de frío por debajo de los
7ºC y mantenerse a temperaturas bajas para poder entrar en parada vegetativa o
reposo invernal. En este estado, con días cortos y temperaturas bajas, estos frutales reducen
su actividad fisiológica: detienen su crecimiento, disminuyen su respiración y rebajan
su actividad general pero no se quedan sin hacer nada ya que es entonces cuando
se produce la diferenciación de las yemas de flor y el endurecimiento de la
ramificación.
Son frutales de hoja caduca que pueden llegar a soportar durante su periodo de reposo invernal, entre 20 y 30ºC bajo cero.
El número de horas frío que necesitan acumular depende de la especie y variedad. Oscila entre las 1.200 y las 1.300 horas. Entre los que más horas necesitan se encuentran: manzanos, perales, nísperos, ciruelos europeos y cerezos.
Son frutales de hoja caduca que pueden llegar a soportar durante su periodo de reposo invernal, entre 20 y 30ºC bajo cero.
El número de horas frío que necesitan acumular depende de la especie y variedad. Oscila entre las 1.200 y las 1.300 horas. Entre los que más horas necesitan se encuentran: manzanos, perales, nísperos, ciruelos europeos y cerezos.
¿Qué ocurre si el invierno es excesivamente frío?
- Con heladas muy fuertes e intensas, pueden sufrir daños en las raíces y en las ramas jóvenes, aún no endurecidas del todo. Por eso es conveniente el aporcado en según qué zonas.
- Si las heladas dañan las raíces, el árbol brotará muy débil en primavera.
- No entrará en reposo total y no podrá diferenciar las yemas de flor, lo que se traducirá en floración escasa y fructificación pobre.
- Se retrasará la apertura de las yemas con lo cual los insectos no fecundarán bien las flores.
- El árbol brotará irregularmente, con floraciones escalonadas o a destiempo.
- Las yemas florales se podrán desprender o marchitar.
- Estos frutales necesitan acumular entre 400 y 700 horas frío en invierno. Si nuestra zona climática no puede proporcionárselas, tendremos que buscar variedades muy adaptadas o renunciar a ellos.
EN PRIMAVERA
Termina el reposo invernal y comienza la actividad. Durante
esta época tiene lugar la floración, polinización, y fructificación.
Las temperaturas ideales para ellos en esta época se sitúan
entre los 15ºC y los 25ºC.
¿Y si la primavera es demasiado fría?
- La floración se frena
- Las yemas florales y el fruto recién cuajado se dañan.
- Habrá poca actividad de insectos polinizadores.
- Los granos de polen no podrán germinar y no fecundarán las flores.
¿Y si las temperaturas primaverales son demasiado elevadas?
- La floración también se frenará
- Se desecarán los finos pedúnculos de los frutillos recién cuajados y se caerán.
EN VERANO
En esta época tiene lugar el desarrollo y la maduración de los frutos que necesitarán entre 100 y 250 horas de sol y calor
para madurar.
Las temperaturas ideales oscilarán entre los 18ºC y los 26ºC
Si el verano es frío
Si el verano es frío
- Los frutos no crecen bien
Si es demasiado caluroso
- El árbol ralentiza su actividad. Por encima de 30ºC continuados puede llegar incluso a la parada vegetativa.
- Las hojas y brotes tiernos pueden marchitarse
- El pedúnculo de la fruta también puede secarse y caer al suelo antes de madurar.
- Si las noches son también calurosas, la fruta no se colorea en condiciones.
EN OTOÑO
Con los días más cortos y las temperaturas más frescas del
otoño, estos frutales inician la maduración de la madera y acumulan hidratos de carbono preparándose para el frío
invernal.
¿Y si el otoño es demasiado cálido?
- No se iniciará el endurecimiento de la madera o lignificación de los tallos y las heladas los destrozarán.
Resumiendo
Para conseguir una floración y una fructificación abundantes y mantener estos árboles sanos, fuertes y vigorosos, necesitaremos un invierno frío, una primavera templada, soleada y poco ventosa, un verano soleado pero no excesivamente caluroso y un otoño fresco.
Para conseguir una floración y una fructificación abundantes y mantener estos árboles sanos, fuertes y vigorosos, necesitaremos un invierno frío, una primavera templada, soleada y poco ventosa, un verano soleado pero no excesivamente caluroso y un otoño fresco.
Comentarios