RECICLAR LOS RESTOS VEGETALES DE LA COCINA Y DEL JARDÍN. Elaboración del compost
Reciclar los restos vegetales de la cocina, del huerto y del jardín es muy sencillo.
En la cocina, nosotros reciclamos todos los restos vegetales: peladuras de patatas, cáscaras de frutas, hojas duras y secas de hortalizas ... vamos que no se tira nada y ésto dicho en sentido literal.
Todo ello va a un recipiente
específico y de allí al compostero, donde unido a los
restos de la huerta y el jardín: césped recortado, hierbajos, ramitas de la
poda de los frutales... se convierte en poco tiempo en un maravilloso abono
orgánico sano, limpio y ecológico con el que abonamos huerto, jardín y árboles
frutales.
Yo animo a todo el que disponga de espacio a que haga lo mismo. Es sencillísimo, ecológico, barato (regalado: no cuesta nada y te ahorras comprar el abono) y hasta entretenido. Os explico en qué consiste:
El compostero
El nuestro es de obra. Se trata de un receptáculo dividido en dos contenedores.
Las paredes son de ladrillo con huecos entre ellos para que circule el aire.
El suelo es el propio terreno.
Por la parte delantera, en vez de una pared
fija lleva unos listones de madera ensamblados en unos carriles situados a los
extremos.
Estos listones se montan y desmontan según las necesidades y resultan muy cómodos para vaciar y llenar el contenedor. Vas añadiendo listones a medida que se va llenando y viceversa.
Se coloca en un lugar discreto pero
accesible del jardín, flanqueado por arbustos o plantas que lo disimulen. Nosotros lo hemos puesto detrás de las cajoneras de forma que no se ve desde la casa pero queda muy a mano.
Cómo se elabora el compost
Empezamos echando los restos en uno de los contenedores.
Cuando éste se ha llenado, trasladamos su contenido para el otro contenedor. De esta manera se mezcla y se airea. Después de trasladado, lo tapamos con unas paladas de tierra.
Volvemos a utilizar el primer contenedor que
se nos ha quedado ahora vacío, para los restos que sigan surgiendo .
Cuando éste vuelve a estar lleno, el contenido del otro ya se habrá convertido en abono y podremos ya utilizarlo en la huerta y el jardín.
Y vuelta a empezar: uno llenándose y el otro tapado.
A medida que el abono se va haciendo, el volumen va disminuyendo como se puede observar en la foto.
Además de los restos vegetales podemos "tirar" al compostero de vez en cuando: cenizas de la estufa, basura recogida al barrer las terrazas, un poco de tierra... Lo que no debemos hacer nunca es añadir restos de comida cocinada pues esto atraería hacia el lugar a visitantes poco simpáticos como ratones o ratas.
De esta forma tan sencilla reciclamos basuras, obtenemos un abono limpio, sin malos olores
ni moscas volando a su alrededor... y podemos practicar una horticultura ecológica,
proporcionando a nuestras plantas nutrientes naturales.
Comentarios
Apunto tus ideas y se las paso a mi hijo, para el huerto.
Un beso
Besos, Ruqui, y feliz fin de semana.
Un beso y feliz fin de semana también para ti
Me alegra mucho de que veas útil el blog. Muchas gracias y saludos.