Lirios azules primaverales

De la familia de las Iridaceas, los lirios azules o lirios pascuales (Iris germanica) son plantas rizomatosas "todoterreno" que merecen un lugar de honor en un jardín de fácil mantenimiento.

Aunque son de sobra conocidos,  siguiendo mi costumbre, aquí enumero lo que los caracteriza.

  • Son plantas herbáceas: no desarrollan tallos leñosos. 
  • Perennes: mantienen hojas durante todo el año. 
  • Rizomatosas: tienen un rizoma (un engrosamiento subterráneo del tallo) del que salen hacia abajo las raíces y hacia arriba el tallo y las hojas. 


Sus hojas son 
  • Dísticas: dispuestas de forma opuesta en dos filas situadas en el mismo plano.
  • Ensiformes: con forma de espada: bordes paralelos y acabadas en punta. 


  • Equitantes: la base de una hoja se inserta en el interior de la base de otra.
  • Glaucas: de un verde blanquecino 
Sus flores, de hasta 15 cm, aparecen sobre un tallo cilíndrico y erguido (escapo) de entre 50 y 90 cm de altura que a veces se ramifica. 

Según la altura, los lirios están clasificados en tres grupos:
- barbata alatior
- barbata media 
- barbata nana

Cada escapo o tallo floral puede portar hasta 6 flores. 

Las flores están formadas por 6 tépalos de los que 3 se dirigen hacia arriba y hacia el centro hasta llegar a juntarse y los otros 3 hacia abajo.


En los de abajo, hay una franja central de pelos amarillos.



Podemos disfrutar del espectáculo de sus flores en primavera y principios de verano pero la planta está bonita durante todo el año  ya que conserva sus hojas en invierno.

Esta especie, en lirios silvestres, siempre es de color azul o violeta pero entre los cultivados, nos encontramos con híbridos de diferentes colores: blancos, amarillos, rosa...


¿Qué les gusta?
  • Clima templado aunque soportan el frío.
  • Un lugar bien soleado.
  • Un suelo arcilloso-calcáreo que drene bien.  Soportan sin embargo otros tipos de suelo siempre que tengan un buen drenaje.
  • No necesitan riego ni abonados. 


Plantación y cuidados

Vistas sus necesidades, vemos que podemos ubicarlos en cualquier lugar del jardín cuya tierra sea pobre o el terreno no tenga profundidad siempre y cuando reciba sol. También en taludes rocosos o pedregosos.

Una vez secas las flores, se eliminan los escapos cortándolos desde la base.

Se plantan los rizomas en verano, después de la floración, prácticamente a ras de suelo. No es necesario abonar el terreno previamente.

En otoño, se le retiran las hojas secas y si es necesario por estar deterioradas, se recortan las puntas.

Se multiplican por división del rizoma, después de la floración, alrededor de mayo-junio.





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